INTERACCIONES Y CURIOSIDADES
En el envión de ir a ver departamentos, las primeras semanas de agosto, además de recámaras, casas rodantes, truchos sucuchos, con la intención de encontrar un lugar acogedor más aún barato (y dentro de todo céntrico); Por esas bizarras casualidades de la vida tuve la oportunidad de conocer a un sujeto por demás extraño, un muchacho inglés de 36 años llamado Patrick quién me abrió las puertas de su hogar un domingo a eso de las 16hs. Para empezar tardé unos 3 minutos en poder entrar a conocer el depa, ya que la mala onda que me tiraba su perrito poco simpático era tal que los ladridos voraces me hicieron dar “4 pasos hacia atrás” (como arranca la canción de Spinetta “A su amor allí”). Hasta que aparentemente el perro había cesado algo en su falta de aceptación para conmigo y con el indispensable apañamiento de su dueño me decidí a pasar, seguidamente el anfitrión desesperado en acortar gastos comenzó a mostrarme el humilde lugar donde vivía y al que pretendía incluirme. Luego de exhibírmelo "de pe a pa", y de no convencerme demasiado, el inglesito se puso medio nervioso para revelarme “algo importante, un detalle que tienes que saber y que podría molestarte”, “¿qué?” le dije subido de ansiedad…“es que yo soy marihuano, fumo mucha mota” confesó…a lo que le dije que no había problema, que fume todo lo que necesite, aunque por dentro pensé que debían ser muy drásticas las cantidades diarias que fumaba como para decírmelo como si fuera algo de vida o muerte. Cuando le dije que por mí estaba todo bien, se dirigió a la mesa principal del living y del cajón saco los utensilios para armarse un cigarro adulterado, al minuto estaba encendiendo el mismo, cuyo tamaño era como mi dedo índice (por si no lo recuerdan es de temer este dedito je). Minutos después Patrick estaba distendido, y nos pusimos a hablar de música, de Oasis, de Blur, de Sonic Youth, de Malvinas, de todo. Sin darse cuenta continuó en plan de dejarme su estilo de vida en claro, empezando por su trabajo: según él trabajaba para el gobierno de Inglaterra en México, fundaban sus capacidades el hecho de llevar bastante tiempo (años) estudiando la historia mexicana. Y que a raíz de la cruenta situación actual de este país su empleo lo llevaba a dar diferentes charlas a lo largo de las tierras aztecas pregonando la no violencia, y también haciendo de orador para rememorar las desgracias en las que cayeron muchos países por culpa del terrorismo del estado. Por cierto también me comentó que tanto él como sus compañeros ingleses en esta arriesgada cruzada estaban muy preocupados por una colega que fue en representación inglesa a Guatemala, y que ya hacía 2 semanas que no les daba señales de vida…Como postre este peculiar sujeto, más alto que yo, se mostró indignado por otra situación: cuando le consulté si le gustaba como era su vida acá me contestó que ya estaba cansado de seguir viviendo en el D.F. pero que desde el consulado de su país lo estaban obligando a quedarse al menos por 6 meses más, que aunque él no quisiera tendría que terminar su trabajo como sea…De todos modos la charla siguió su curso ameno, pero en el fondo algo me decía que no era un rommie indicado para mí, además de que su perro no respondió a ninguno de los silbidos, chasquidos, llamados y gestos que le hice durante la hora y monedas que estuve allí. Gracias por todo Patrick, a quién me encontré en un mercado como 10 días después, pero miré para abajo porque yo venía con un humor de perros…si sabrá él de eso.
Como curiosidad extra a todo lo que les contaré de mi 3era veintena, comprendida entre el 2 y el 21 de agosto, debo informarles sobre una rareza en lo referido a “salir a comer”. Supongamos que a vos te regalan un buen vino, tinto, blanco, rosado, espumoso, un cognac o un whisky. Y que es tu cumpleaños también supongamos, y que además vas a invitar a algunos amigos...Bueno uno puede aparecer, en la mayoría de los restoranes mexicanos, con su (s) botella (s), la que más te guste (n), y por un monto de alrededor de 100 pesos de la moneda local ya podrás disfrutar de tu bebida predilecta, con balde y hielo incluídos. En términos específicos los cien son en concepto de “descorche”, eso es lo que pagas, por lo que llevas tu botella y ya…yo personalmente no sabía que eso existía. Open mind.
PERSPECTIVAS DE APRENDIZAJE
Para cerrar esta etapa sólo quiero dejar asentado algunos tips que me servirán también para el futuro venidero. Por ejemplo que ya me saturé de comprobar el estribillo de ese conocido tema de Charly García que dice “la sal no sala y el azúcar no endulza”, en este país (o quizá en varias partes del país) no hay duda alguna de que no cumplen bien su función ni la sal ni el azúcar. Queda para la sabiduría no poner más las 8 cucharadas con las que durante varias mañanas intenté, sin éxito, que mis “cafeses” tuvieran gusto a algo (fuera de la amargura típica del café). Y con la sal no hay caso tampoco, si quería comer fideos le ponía sal al agua mientras hervía, le ponía sal también después de colarlos, le ponía sal a la salsa o a lo que acompañaría mi pasta, pero no…seguía sin aparecer el gusto deseado, no había forma de levantar las comidas, el sodio mexicano es una pérdida de tiempo pensé (durante varios días). Quedó en claro que no deberé echar al pedo ni uno ni otra, mejor mantenerse fuera de los ingredientes más básicos del arte culinario, haciendo mis comidas como si nada. De paso sé que estaré cuidando un poco más mi colesterol, mi presión, mi organismo, si bien las fases alimenticias tendrán una cierta de cuota de aburrimiento, no es algo que no se pueda solucionar con otros de los intensos aditamentos foráneos.
Por otro lado aprendí que los medios de trasporte terrestres del D.F. aún no se adaptan a mi cuerpo y sus contornos. Volviendo de la loma del ano necesitaba descansar urgentemente, no sólo la espalda, sino pies, cuello y brazos; Me senté en el fondo del “camión”, no merecen llamarse colectivos, y de hecho no se llaman. Son una cajas rectangulares de fines de los 80, que crujen sobre el asfalto y tambalean, y que casi siempre vienen sacudiendo unas músicas que no espero y que si es temprano en la mañana me produce mal humor, léase desde Paulina Rubio a una cachaca innecesaria, lo peor es que el volumen generalmente está mucho más alto de lo que un chofer con ética ciudadana establecería. El caso fue que me estiré más de la cuenta, me desperecé, me relaje, y entre tanta flojera escuché un “crack” en el asiento quíntuple que sólo yo ocupaba, pero todo siguió normalmente, el compás de una banda norteña no tan molesta me hizo sentirme lo más pancho y por poco elijo dormitar unos minutos. Al ratico cambié de posición y estiré mis piernas, otro “crack” pero sin consecuencias oí; Finalmente se acercaba mi destino último y me moví agresivamente para reacomodar mi trasero, y ahí sí que hubo fractura de hierros…además de que desvencijé la butaca y la solté de su lugar natural, seguí sentado (bah, fingiendo que estaba sentado porque estaba casi en el aire) durante los minutos restantes para llegar. Consumado el arribo me levanté como si nada, la débil butaca volvió a chirriar, y me fui como un rayo del bus para que no hubiera evidencias ni rastros del mastodonte que destruyó por completo el futuro asiento de 5 personas…¿era mala la estructura o fue mucho para ella el exceso de peso,sumado a mis movimientos bruscos?, esta vez no me siento tan culpable aunque lo haya sido...
Para concluir mis vivencias quiero reconocerles que no es joda ni mito lo de la altura sobre el nivel del mar del entrañable Distrito Federal. Realmente puede hacer la diferencia en personas que no contamos con el mejor estado físico. Un cierto miércoles la cita para el fútbol 6 era a las 13hs y bajo un sol muy hostil, por mi parte me había levantado a eso de las 11am, desayuné livianito y me fui un rato a lo de Coco. Inconscientemente previo al partido me fumé 2 cigarros, no sé si por ansia deportiva o por simple adicción pero no reflexioné en su momento sobre los efectos que me producirían en el futuro inmediato. Durante el partido que perdió mi equipo por una abultada diferencia de 10/11 goles, corrí más de lo que yo mismo hubiese creído, de todas formas a cada rato tenía que quedarme defendiendo atrás hasta que el aire apareciera, mis pulmones creían en Dios cada vez que sentían volver a funcionar apenas. El oxígeno escaseaba de una forma rutilante los últimos minutos, finalizado el match me fui rápido al departamento, pero justo cuando estaba por entrar al edificio sentí como si el mundo entero conspirara contra mi sisterma respiratorio, en eso el desayuno pasó a ser uno con la acera y vereda, salpicándose de mis desesperados intentos por regular el espesor de una saliva totalmente pegajosa y desoxigenada...fue una "fucking situation" como dice. Comprendí que hay que respetar el factor climático de la ciudad y ser precavido, no se trata de jugar como si nada, la cuestión radica en aceptar que con un deplorable estado físico el cuerpo puede pasar a ser víctima de un golpe de estado.
Muy buenas vivencias amigo , siempre llenas de historias geniales ! y muy graciosas ! siga disfrutando del DF.Abrzo graande !
ResponderEliminarAfortunadamente tengo a Dios de testigo y sabe decirme hasta donde son graciosas,y me dice cuando tengo que retirarme.Mucho instinto para manejarse correctamente...el paraíso es interno,el tema es animarse a desplegarlo,en este caso en un blog =P jeje
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