jueves, 10 de noviembre de 2011

Sexta Veintena - Capítulo 2

NUEVA EMOCIÓN

Por gracia divina la vida me hizo cruzar con Santiago, el hecho es que ya podemos decir que somos grandes amigos. Por si fuera poco este argentino con nacionalidad mexicana me invitó a acompañarlo a su "viaje de negocios" en Pachuca. Como era miércoles y yo no tenía que trabajar ni nada por el estilo decidí ser de la partida, con el aditamento de que camino a su “junta” (reunión) estarían las tentadoras pirámides de Teotihuacán por lo que era por demás irresistible la oferta. Nos encontramos en el Ángel de la Independencia (a 5 cuadras de mi casa) a eso de las 10:30, a los pocos minutos ya estábamos tomando unos mates aceptables y encaminados a conocer este famoso sitio arquitectónico. Santi hacía unos 8,9 años que no iba a ver las ruinas y pensó que el acceso a las mismas seguía siendo gratuito, no es así ya, el valor que pagamos fue casi el mismo que cobran en el museo de Frida Kahlo aunque a mi ver valen más estas increíbles construcciones. Conocida y llamada como "Calzada de los muertos" mi sorpresa era indisimulable una vez allí, el calor azotaba la tierra mientras yo caminaba de jean y remera manga larga (prendas que por supuesto desentonaban), ni qué decir de Santiaguito quién traía su ropa laboral compuesta por pantalón de vestir, camisa y zapatos. Había algunos turistas cuando llegamos a la zona de confluencia, ni bien mirábamos para algún costado se veían más, y eso que para el día que fuimos no creíamos que habría tanta compañía. Por lo que resta fue gracioso ver personas, la mayoría excedidas de peso, que estaban en la base de las pirámides y no se atrevían a subir, verdad es que con sólo contemplarlas desde abajo la vista es impactante, sobre todo al ver la inmensidad colosalmente bella del parque en general (foto, tomada desde la pirámide de la Luna).


 La pirámide del Sol (foto) y la de la Luna (foto) son la atracción por excelencia, lo cierto es que la segunda sólo permite llegar hasta unos 50 metros de su altura, mientras que en la del Sol sí es posible ir hasta lo más alto (si los pulmones o piernas así lo quieren); El desafío de subir a la cúspide no presentaba una preocupación física a priori, pero una cosa es pensarlo y otra bien diferente es intentarlo, yo opté por embarcarme y el resultado no fue sencillo: debí detenerme en 2 oportunidades a tomar aire desesperadamente, ya que el único cigarro que había fumado, a unos minutos antes de llegar, me sacaba el aire sin opciones como si por dentro tuviese un incendio y mi cuerpo fuera una fábrica de fuegos artificiales…Una vez que logramos llegar arriba la panorámica fue tan imponente como majestuosa, aprovechamos para respirar oxígeno puro y digno (algo que obviamente no abunda en la ciudad), a fin de cuentas estuvimos unos 20 minutos contemplando la magia de Teotihuacán desde su pico más alto (foto). Con nosotros había una amplia gama de turistas que oscilaban entre turcos, orientales, europeos y los infaltables gringos. En tanto que alguno de ellos obstaculizaban la visión, lo divertido fue que ese grupo de extranjeros comenzó a levantar la voz y a proferir palabras que según Santi eran malas palabras, entonces dejamos de lado la paz que nos transmitía el lugar y mediante el precioso castellano nos pusimos a decirles infinidad de barbaridades a quiénes estaban en la cúspide con nosotros. Muchos nos miraban sin comprender, aunque estimo que había algún aventurero que sí logró captar la esencia de nuestro poco amigable y críptico mensaje agresivo. Nada raro…


 


Las hormigas coloradas también supieron mostrársenos como co-dueñas de esta maravilla natural, dejando su huella en cada hoyo del piso. Luego de ir a conocer cada uno de los rincones de este paraíso, lo que nos tomó poco menos de 3hs, a las fantásticas pirámides hay que sumarle La Plaza de la Ciudadela (más que linda también); Decía, nos abocamos a encontrar un buen lugar para comer algo rico y característico, de más está aclarar que ya emanábamos olor a exceso solar, algo de sudor y mucha tierrita que inmutable decoraba nuestros atuendos. Una vez que elegimos el presunto lugar "indicado" para almorzar debíamos ordenar algo para masticar, el “platillo” local en cuestión fue la famosa barbacoa (en este caso maciza), plato que realmente se ganó nuestro aplauso (foto). Luego de agradecerle a los dueños del restorán por su intachable servicio emprendimos camino hacia Pachuca, la verdadera excusa por la cual este viaje estaba siendo posible…



3 HORAS DE PACHUCA

El viaje implicó apenas una hora y algunos minutos, Pachuca no prometía demasiado pero era el destino obligado para que Santi diera con sus clientes. Mucho e intenso sol aún mirándonos desde el cielo, ya en la entrada de Pachuca era fácil divisar que, sacando algunos edificios, lo que resaltaba de este sitio era el clima seco y desértico (algo que le quitaba más a su poco atractivo, sin dudas). Como a Santi se le estaba haciendo tarde creyó que me parecería interesante conocer el museo del fútbol de la FIFA, para ello (y a la vez irse rápido) me dejó en la puerta y acordamos que me llamaría ni bien haya terminado su compromiso; Desde ya que me hubiese encantando entrar a esa pelota gigante aunque el valor para ingresar no me pareció tan necesario (unos 70 pesos argentinos), por lo que desistí olímpicamente, señor Blatter: sabe usted de memoria el lugar de su cuerpo para meterse su museo y la mensa pelota esa…(fotos)


 

Por lo que mi primera idea, para consumir los minutos que tenía hasta regresar, fue caminar largo y tendido por las tranquilas calles, las que tenía más a mano, del que inexplicablemente llaman “centro” de Pachuca. Nada fuera de lo común sinceramente, sí decir que se trata de una ciudad muy limpia y prolija, que apenas pudo llamar mi atención. Luego de caminar como una hora, sin grandes novedades, me metí a un shopping a ver si alguien estaba dando degustaciones de algún vino o algún queso (no tuve suerte), también me probé un par de camisas pero estaban algo caras así que no me envalentoné con lo pintadas que me quedaban. Casi otra hora me tomó recorrer de punta a punta este gran establecimiento capitalista, con ganas de fumar un cigarrillo salí a la calle nuevamente, me senté en un banco del estacionamiento y encendí el vicio. Quizá lo más extraño fue que al rato de haber concluido el tabaco sentí un ruido aéreo ensordecedor, cuando pongo mi mirada en el cielo detecto la monstruosidad de un avión ¡rojo! que pasó sobre mí con una velocidad abismal. Tal fue el anonadamiento que me provocó que quedé en estado de vigilia constante para filmarlo con mi cámara cuando volviese a pasar, a los minutos lo vi a cientos de metros haciendo piruetas en el aire aunque finalmente saldría en otra dirección (en vez de volver hacia mi posición); Resignado apagué la cámara y me prendí otro cigarro, y de repente esas turbinas asesinas volvieron a ocupar todo el sonido y de inmediato intenté prender la cámara y tomarlo en movimiento pero la increíble rapidez con la que se movía no me dejó registrar esa obra maestra de la aviación; Nunca más volvió, sí lo vi nuevamente desde muy lejos pero no volvió a donde yo estaba lamentablemente. Un rato más y Santi me llamó para saber dónde encontrarnos, ni bien nos vimos recordamos que aún nos faltaba probar el producto quizás más representativo de Pachuca: los pastes, esta delicia es una especie de empanada, la diferencia es que están hechos de un suave y dulzón hojaldre y que contienen diversos ingredientes; Pedimos tres cada uno (3 pesos argentinos c/u aproximadamente), Santi eligió todos con rellenos de dulce de cajeta (dulce de leche clase B), membrillo y batata, yo preferí uno con longaniza y salchicha, otro de papa y queso y otro de pollo y guacamole, los tres incomparablemente exquisitos. Provecho...Ya en la ruta deglutimos estos manjares, el sol se iba casi del todo y nosotros de fondo escuchamos con admiración eterna las músicas de Radiohead (“The Bends”), los grandes éxitos de Pixies y un compilado bien ecléctico que grabé hace añares con Almafuerte, Pappo y el grupo chileno Los Tres (primera banda latina en grabar un MTV Unplugged).


UN DOMINGO AMENO

Contento porque iba a ser el primer show que vería de mi amigo peruano Coco Rodríguez, me “lukié” apenas y me dispuse a ir al Don Quintín, lugar que los domingos tiene a Rulo como relaciones públicas. El show comenzaría sobre las 22hs, algo temprano sí, así que sobre las 20:30 ya estábamos con Roby y Lalo (mis ex roomates) bebiendo un tequilita baratón y nuestros preciados whiskys de primer nivel mundial. Fuimos a pie ya que las cuadras que nos separaban del antro eran unas 12 o 13, ingresamos gratuitamente como siempre es para cualquiera en este lugar, y vaya apuro al llegar viendo que el show de Coco iba por su segunda canción. Rápidamente tomamos asiento y comenzamos a disfrutar del ambiente buena onda que generaba el anfitrión musical de la noche, terminó “Qué hermosa te ves” y subió Rulo a cantar "Mística" (cover de Orishas), lógicamente la gente aplaudió muchísimo este dueto. De todas formas tanto público no había, como unos 120 máximo, seguramente porque era muy temprano, y además de que Rulo convocó a Coco apenas unos cuatro días antes, por lo que la improvisación en algunos pasajes del show era evidente, al menos para los que conocemos mucho sobre la música de Rodríguez, además de que al evento le faltó algo más promoción; El genial Odín, mexicano, hizo coros mientras tocaba el teclado si bien hacía las veces de baterista (todo con el mismo instrumento claro está), el inefable y entrañable Iván Pinciroli (argentino) hizo de bajista aunque todos sabemos que es guitarrista, lo que lo llevó a cometer algún que otro error involuntario y casi imperceptible, pero como todo buen músico se bajó enojado cuando terminó el show, más que nada por no haber podido ensayar más sus líneas de bajo. Lo cierto fue que todos disfrutamos de una hora a puro Coco, el sonido fue muy bueno, lo malo fue que apenas terminó el último tema el dj del lugar puso un reggaetón de mal gusto como para dejar en el olvido, de un soplo grosero, lo que Coco con sus interpretaciones había logrado. De todas formas fue un recital cuyo objetivo para Coco era ver como los presentes responderían ante sus composiciones, además del cover de Orishas sonó uno de Pharrell Williams llamado “Frontin” al cual le puso garra con el ukelele y tuvo como invitado otro productor talentoso llamado Jax Landry.


Les dejo un video para que vean que linda que estuvo la “jodita”, que por supuesto no terminó allí, sino que hubo cuerda para mucho rato más, tanto entre los argentinos que seguimos a Coco (y que nos gusta la noche casi tanto como dormir), y aquellos que estaban en este antro tratando de paliar el aburrimiento. Algún que otro trago cortesía de Rulo ayudó para darle más alegría a la amena y cálida reunión…Gracias a todos. http://www.youtube.com/watch?v=Xh3z1Zgy5Eg   

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