domingo, 30 de octubre de 2011

Sexta Veintena - Capítulo 1

LLEGANDO A LO MONO

Entonces un buen día sigo bastante contento de estar viviendo acá y el Rulo platense me invita a formar parte de su loco viaje televisivo, eran las 3 de la tarde y sobre nosotros estaba tendido el calor de un solcito suavecito bien combinado con la altura contaminante del D.F.; La onda en cuestión fue la de al menos a hacer un intento para ver si tengo unos minutos de gloria, en la piel de su mascota (aún sin nombre), para el show “Che Rulo” próximo a emitirse en la señal latina Telehit. Entonces recogimos el traje de ocasión e inmediatamente me lo calcé, parecía que no iba a quedarme pero la verdad fue que me quedó como piel y hueso, aunque no tan pegado al cuerpo. Sin embargo a los 15 minutos de puesto recaí en que adentro se estaba poniendo intenso, encima los guantes de plástico y la máscara no ayudaban demasiado. Pegote mediante, nada tan terrible a fin de cuentas, me dispuse a comportarme como un integrante de “Jackass” pero con algo más de respeto, o timidez si se quiere. Tomando en cuenta que aún me resta tener ciertos papeles legales fue un riesgo al menos interesante en el que incurrí, fue un peligro inadvertido que pudo haber tenido un desenlace fatal; Comenzando por saltar hacia la gente sorpresivamente y golpearme el pecho al son de unos gritos bien “gorílicos” (sic), seguido de una serie de espantos para con los niños que caminaban tranquilamente en la vereda, cuyas reacciones eran onomatopéyicas y solamente dejaban el claro el miedo que les generaba mi presencia (¡y eso que no me había quitado la máscara!); El 95% de los nenes/as que asusté mutaban de inmediato su cara y se ponían a llorar despavoridamente, mientras sus acompañantes (o padres) me miraban con un recelo cinematográfico, a lo que les levantaba mi mano como ademán para que supieran disculparme. Seguidamente me dispuse a sacarle la cartera a una señora mayor que estaba de espaldas, me le acerqué sigilosamente y ni bien le tironeo de su pertenencia la doña se da vuelta violentamente y esboza un golpe que apenas llegó a rozarme el brazo derecho, ante su reacción salí corriendo y me metí en el local donde nos dieron el disfraz. Minutos después, desde el fondo de este comercio, vi como la señora preguntaba a los empleados si yo había entrado allí (si me habían visto), instantes más tarde la señora se retiró indignadamente alterada. Entonces continué mi saeta, Rulo era el encargado de filmar las andanzas de su mascota, tras ver que había un colectivo esperando que el semáforo se pusiera en verde me subí corriendo ante la mirada atónita de los pasajeros, y con ese mismo envión salí del autobús de un salto y seguí corriendo por la calle dando saltitos de felicidad. Luego la toma siguiente era verme saltando e intentando colgarme de una rama muy frágil, así que menos mal que fue fingido porque si hubiese querido hacerlo en serio seguro que me golpeaba la cabeza contra el piso.

Debo aclarar que la trama se explicaba con una primera imagen en la que logro escapar de mi dueño, para dar con las posteriores macanas del mono jocoso de estar suelto en el D.F. (más precisamente en la zona aledaña al Centro Histórico). Después hicimos otra toma en la que Rulo me pasea con una correa, aunque igualmente seguí haciéndolo renegar; Por ejemplo, se podía ver a mi dueño hablando con una chica, sin prestarme nada de atención, hasta que yo le pido fuego a un transeúnte para fumar un cigarro y ni bien me ve mi dueño se enoja y me tira el cigarrillo, después me pega una especie de coscorrón en la cabeza (de más está decir que en ningún programa se permite mostrar a nadie fumando, así que fue utilizado como pretexto por Rulo para quedar bien con las autoridades del canal y con la gente que verá el show en general). Para otro “sketch” acordamos con una señora (camarera) que ella iba a estar mirando a su derecha para que desde su izquierda apareciese yo y la haga saltar de un susto, vieran ustedes que espíritu actoral el de esta dama con hambre de minutos de fama (preguntando luego en qué canal saldría y en qué horario, tuve que mentirle porque aún no estaban confirmados esos datos je). El otro chascarrillo preparado de antemano fue uno en el que el mono corría hacia una madre que miraba una vidriera con su hijo, en el cual el gorila levanta al niño y se lo lleva sobre sus espaldas a trote tendido…muy divertido estuvo el "acting" de la madre tomándose la cabeza como diciendo “¿a dónde se llevan a mi hijo?”. Por otra parte actuamos que mientras Rulo se sentaba en un bar, y me dejaba atado a un árbol, yo logre desatarme y me volviese a escapar para luego frenar a un auto que venía andando, tras cruzarme en su camino y golpearme nuevamente el pecho con ambas manos emulando el gesto de poder característico de los primates. También implementé mis añejos dotes actorales cuando me desmayé al suelo como de dormido, luego de escuchar a un señor que tocaba el “coso ese” al que hay que darle cuerda para que produzca un sonido similar a los de cuna. Y por último, para decorar esta aventura (que presuntamente tendrá minutos de aire), Rulo me compró una banana, el tema fue cuando pasamos frente a un puesto de tacos, ya que me puse a patalear y pedirle que me comprase uno, ante la negativa de Rulo tiré el plátano al piso y seguí caminando visiblemente cabizbajo…Quizá me esté olvidando de alguna de las fechorías que protagonicé en la vía pública, además de que Rulito le preguntó a dos policías si no nos prestaban una de sus bicicletas para que el mono se las robase y se fuera pedaleando en ella. Rotundo no recibimos como respuesta, pero bueno, valió la pena el intento.
Vale destacar que mi amigo se ganó el derecho de tener un programa propio luego de haber triunfado en un reality show del canal en el que buscaban un conductor para un nuevo show. De antemano quisiera agradecerle al gran pinche Rulo por la oportunidad, además de que para estos días estamos pactando una segunda grabación de su mascota suelta por las calles. Cuando esté editado esto que les conté voy a convidárselo a ustedes para que disfruten tanto o más, o menos, de cómo yo lo hice.
  
HAY QUE DOMAR A LA BESTIA

Y como para no dejar de ser una verdadera y algo mala ya costumbre, nuestro amigo Manuel from Perú vuelve a tener lugar entre lo más destacado de las bizarras vivencias que me depara el hecho de ver una vez por semana a este coate de aquellos, al que varios prefieren tener lejos. La misma noche en la que los Pumas jugaban ante Escocia por la fase de grupos del Mundial de Rugby de Nueva Zelanda fuimos con Manu y Santiago al antro “Ragga”, con la excusa de que tendríamos tragos gratis y que no pagaríamos entrada. Además de que yo nunca había ido y siempre es bienvenida la idea de conocer algún lugar nuevo; Manuel basaba su confianza en Oscar, RRPP del Ragga y buen amigo que anda a bordo de una Harley procurando saber más de sus raíces, ya que su padre es argentino, su madre italiana, y que el pobre (o no tanto) vivió en Buenos Aires, Roma y el Distrito Federal (lugar donde nació). De hecho su forma de hablar es extremadamente neutral y difícil de clarificar, aunque en el fondo las tonadas y frases mexicanas terminan prevaleciendo. Lo cierto fue que en la puerta no nos dejarían entrar hasta que Oscar llegara, por su parte los minutos pasaban y la impaciencia se acrecentaba, sobre todo en Santi quién quería ir a ver el partido de los Pumas, y en Manuel quién ya había llamado dos veces a Oscar y este le decía que le dé un rato más que ya estaba en camino. Por lo que a los diez minutos, y nuestro contacto todavía sin arribar, el inefable Manuel le pidió el celular a Santi para volver a llamar a Oscar, en esos 100 segundos que duró la comunicación se pudieron oír una serie de insultos y gritos totalmente desubicados para el mexicano, y caras de pocos amigos de parte de los patovicas del lugar. Mientras seguíamos aguardando por Oscar fue casi trágico ver cómo nos trataban los hombres de seguridad, ante la insistencia enfermiza de Manu para que nos dejaran ingresar, todos y cada uno de los “patovas” se mofaron de mi amigo y lo dejaron al ridículo delante de las personas que sí lograban acceder al antro, entre ellas muchas señoritas de esas que no caben dudas de que su nariz está parada constantemente y que por su trasero salen solamente flores (y que se dedican a fruncir el seño y sacar trompita cuando no sale el sol en Miami). El escándalo en la puerta se hizo cada vez mayor, otro llamado de Manuel a Oscar, con barbaridades tales como: “¡¡¡para que dices que en media hora llegarás si no vienes un carajo, eres un tarado Oscar, hace más de 40 minutos que te estamos esperando brother, más te vale que vengas porque me estás cagando la noche, eres un mal amigo sábelo!!!”. Entre risas intentábamos convencer a Manu de desistir e ir a otro lugar, aunque para Santi (y ya casi que para mí también), ese lugar era ir a ver el partido de los Pumas, el cual ya veníamos siguiendo por el BB de Santiago y sabíamos que venía muy reñido (y que si el equipo argentino no ganaba quedaría sin chances de pasar a la 2da fase). Pero el peruano querido nos pedía por favor que nos quedemos, que no era posible que no nos dejaran pasar, que él siempre entraba sin problemas, y que quería ingresar para decirle algo al patovica que lo había ignorado olímpicamente.

Por una de esas cosas de la vida Oscar se presentó en la puerta para hacernos entrar, el tema era que ahora los de la puerta no querían que Manuel sea de la partida, primero porque era el único de los 3 que traía puesta una remera (es común que aquí uno no pueda entrar sino tiene puesta una camisa) y segundo porque se había comportado mal en la entrada…Nosotros a unos 20 metros veíamos como Oscar parloteaba con el jefe de seguridad, casi rogándole para que no dejasen ser parte de la fiestita. En eso un buey me pisa, en su camino hacia el molinete de entrada, y le digo con voz de mala onda (y sin mirarle la cara): “¿qué haces pelotudo”?, a lo que temerosamente me dijo: “Perdón por favor, fue sin querer”…Ya era más que obvio que no nos importaba nada, berreábamos malas palabras para los de la puerta pero en un tono en el que con suerte no nos escuchaban. Hasta que salió el sol en nuestra noche y nos dejaron pasar, Manuel quiso decirle algo al de la puerta pero sutilmente me lo llevé de un tirón para evitar que nos sacaran antes de entrar (considerando que fue una hora y diez el tiempo perdido). Una vez dentro quedó claro que el lugar no era algo que mereciera el tiempo que le dimos, si bien Manuel comenzó a darle batalla a su locura, elucubrando pasos de baile totalmente insanos y dando la nota con todo su esplendor, primero fue rechazado por una gordita que antes y después de eso le venía regalando su boca a cualquier infeliz que cruzó; Después Mr. Perú 2010 volvió  a aparecer con tragos de misteriosa procedencia, de hecho a cada ratito le quitaba el vaso de la mano a Oscar (poseedor de una paciencia de dioses hay que decir), y mientras tanto Manu seguía luchando por bailar como una persona que se jacte de ser normal. Entre tanto Santi estira su celular hacia mí para mostrarme que los Pumas ya estaban en el 2do tiempo y que iban empatando, con una cara de sufrimiento le hago saber mi sensación al respecto y al milisegundo vienen dos tipos de seguridad a increparnos, diciéndonos que no se pueden sacar fotos dentro del Ragga, a lo que yo me encargué de hacerlos verse como estúpidos, explicándole que estábamos viendo el resultado de un partido de rugby (holaaaa, deporteee, el mundial, argentinossss) y nada más. Un desastre más realmente, de parte de la noche mexicana para conmigo, así que de penitencia para el lugar decidí robarme un precioso vaso de vidrio, el cual me acompaña todos los días, y sigue siendo mi primer y único recipiente y/o elemento de cocina que compré desde mi arribo a esta magnífica y nada pulcra ciudad. Previo a llegar al auto de Santi, que estaba en el subsuelo, Manuel nos regaló su última sandez al pararse de pies sobre los extremos de la escalera mecánica, poniendo en riesgo su vida, hasta que le imploré con dos gritos (“Manuel bájate”) y se paró en la escalera propiamente dicha hasta llegar abajo, recibiendo una pellizcada necesaria…Ah y ganaron los Pumas al menos.

DECISIÓN ACERTADA

El 21 de setiembre era el día señalado para tomar mi vuelo de regreso a la Argentina, la hora las 14:55, y la empresa aérea no importa. Ya venía masticando la idea hacía un mes aproximadamente (irme o quedarme), lo que me retenía a decidirme del todo era que el cambio del pasaje me costaba unos 1180 dólares, por lo que debía tirar a la basura ese ticket y comprarme uno nuevo (sabiendo que las cifras no variarían demasiado). Luego de debatirlo internamente (¿dónde más sino?), más que nada enfático de analizar si mi poder lucrativo podría hacerle frente a un gasto semejante, opté por pensar en positivo y envalentonarme creyendo que con mi trabajo actual (y varios a futuro) podría ahorrar la plata necesaria para volver algún día a mi bendito y ultrajado país sudaca. De más está aclarar que los motivos sobran: una cultura gastronómica eterna y sabrosa, una serie de amigos que hacen más amena cualquier situación, una recámara con comidades considerables, una ciudad tan grande que sé que aún puede ofrecer infinitas alegrías (o en su defecto relatos para este blog), y sobre todo un presagio interno que me sigue señalando que quedarme aquí será lo mejor que puedo hacer por mí, al menos por este año. Queda sin efecto la situación política que supe que se viviría en nuestro país sobre finales de octubre, y toda esa algarabía insensata que confunde a las masas también pretendí evitarlas, seguro inconscientemente...Amén.
Por fortuna me he convencido de que tengo para rato en este país, que si bien me muestra algunas cosas que no me gusta ver ni vivir, se trata de una experiencia enriquecedora por donde se la mire, tanto para mi alma como para todo aquello concerniente a mí.

viernes, 21 de octubre de 2011

Quinta Veintena - Capítulo Final

INTERACCIONES Y CURIOSIDADES

Para concluir he de relatar sobre una rareza sin igual, o al menos un rasgo de la desesperación humana nunca antes visto por este humilde servidor. Venía viajando en el Metro, tranquilo, volvía de la oficina de Migraciones, y en la estación Constituyentes sube a mi vagón un buey de unos 36 años con un bollo de tela en una de sus manos; Este muchacho comenzó a hablar sobre lo importante que era que lo ayudasen para poder mantener y alimentar a su familia, siendo ignorado sustancialmente por su casual auditorio (nadie siquiera lo miraba), hasta que una vez finalizado su ruego extendió sobre el piso eso que traía en su poder: una remera negra que una vez desplegada dejaba ver vidrios hechos trizas (de botellas, gafas y otras cosas). Seguidamente el pobre hombre pegó un salto de espaldas hacia la amenazante caterva vidriosa, por supuesto que el ruido fue notorio más cruel, y sumido en su inconsciencia comenzó a manearse sobre la vidriería incluso. De más está decir que la atención de quiénes estábamos en el tren ya pertenecía casi en su totalidad a la locura de este hombre y a lo que se dispuso a hacer. Por lo que cuando se levantó varios le dimos monedas, colaborando con su causa, hay que decir que al menos en su espalda no había más que un par rasguños que no dejaban ver rastros de sangre alguno. De cualquier modo el hombre este no pareció conforme con el puñado de vil metal recaudado, además de que debe haber sentido en su ser una huella mental de lo que implica la paja en el ojo ajeno (a todo vapor), la mirada inquisidora de sus coates (yo no porque estaba mitad risueño y mitad desprevenido de lo que estaba observando, siempre disimuladamente,claro está). Como decía, este tipo no se veía a gusto luego de la vibración recibida y se despidió del vagón con una confusa frase, luego de recoger sus elementos de subsistencia, que me dejó más confundido aún: “Que Dios se los pague” profirió a viva voz aunque con un tono de resignación inconfundible…


En segundo lugar quiero revivir algo de lo que fue la fiesta de cumpleaños de una srta. de Puerto Rico, la cual no sé cuántos cumplió, cantante ella, y en pareja con un chileno muy buena onda. Llevado por mi amigo Coco Rodríguez, fuimos al hogar que comparte esta feliz pareja, que por cierto quedaba a sólo unas 3 calles del departamento de Coco. Entramos atravesando una imponente puerta de madera, símil a la de los castillos, y una vez dentro había una gama extensa de gente diversa. Pocos de los concurrentes podía uno establecer con seguridad que eran mexicanos, no sé si por suerte o no a esta altura, lo cierto fue que lo primero que hizo el anfitrión fue llevarme a la mesa de las bebidas para convidarme algún brebaje; Desgraciadamente no encontramos el sacacorchos por ninguna parte, había unos vinos que prometían mucho, así que mi primera opción fue probar un licor llamado “Disaronno” (creo que no está en Argentina, bah no lo recuerdo en realidad). Empero ese líquido elemento me generó algo parecido a primer mezcal en el D.F., fue una sensación de dulzor empalagoso pero que a la vez bloqueaba cualquier otra sensación que la de estar tomando algo extraño y que evidentemente no hacía bien. Me tomé el primer vaso como quién no quiere la cosa, combinado con coca loca (gaseosa/refresco), y cuando me serví el segundo vaso y me dispuse a tomarlo me di cuenta de que realmente era peligroso, además de advertir que la botella estaba prácticamente llena, por lo que si nadie lo tomaba era porque algo turbio escondía. Me serví un etiqueta negra y ya…
El festejo de la anfitriona incluía el estreno íntimo del videoclip y primer corte de su nueva producción, a lo que obligados nos tuvimos que acomodar como pudimos, silenciarnos, y prestar ojos y oídos. Me gustó ver cómo ella disfrutaba igual o más que el resto, lo cierto fue que en la inmensidad de pantalla que vimos el video (parecía de 309 pulgadas), Francis Brunette realmente parecía una artista consagrada de primer nivel mundial, y lo bien que hizo. Finalizó la canción y todos aplaudimos, en total había unas 50 personas en la fiesta, ella se mostró muy contenta…A continuación también le dieron play al video “Bella”, hit de Coco, quién posteriormente también recibió sus merecida ovacioncita (más abajo les dejo los enlaces para que escuchen, a alguno que otro/a seguro les gustará). Todos contentos indudablemente, vuelvo a la mesa de los alcohólicos y ya no había más de ese whisky que venía tomando, por lo que opté por probar un tequila que andaba por ahí sin mucho rating entre los invitados; Apenas el trago pasó por mi garganta pude advertir como subía mi cena con ansias de verse expulsada de mi cuerpo, recuerdo que había comido unos medallones de merluza con choclo y puré, pero de algún lado misterioso pude sacar la inspiración y el disimulo suficiente como para no dejar un souvenir en el medio del living de esa hermosa posada de piso plastificado. Creo en los milagros, pero la realidad es que sería un milagro poder tomar tequila, mi organismo no lo tolera, si bien me han dicho que hasta que no pruebe uno bueno no puedo opinar, porque abundan los baratos y no se comparan con los que realmente le hacen honor a su nombre.
Ya los venenos hacían algún que otro efecto poderoso así que procuré seguir tomando solamente gaseosa, porque sólo quedaban mezcales y tequilas; Me dirigí hacia la terraza ya que abajo sólo quedaban unas 15 personas y ninguno parecía estar disfrutando demasiado de la velada. Una vez arriba la noche tomó otro rumbo un poco más humorístico por así decirlo, empezó a darse una comunión de etnias y culturas por demás latina y divertida. Por un lado había unos mexicanos bien chingones, entre ellos el flaco que rapper que aparece en video de Francis el cual se puso a improvisar y escupió rimas realmente impresionantes. Por otro lado había dos directores de cine, uno de Puerto Rico y otro de Cuba, ambos se pusieron a hablar conmigo llevados por la curiosidad de escuchar idioteces made in Argentina, y tuvieron su merecido. A tal punto de que a la media hora ya estábamos hablando de Antonioni, Lynch, Kubrick, Kusturica, Larry Charles entre otros, después les batí un par de chistes sobre Fidel Castro que al principio no se entendieron pero con el correr de las sandeces se pudo interpretar mejor. Estos bueyes tenía más de 40 años y la verdad que parecían niños, lo único malo fue que no estaban filmando ninguna película, porque fue necesario que me presente como actor (por más que ya me retiré hace rato je). Sumado a que allí arriba la mota fluía como un viento depuradamente ancestral, había entre otros músicos, modelos y actores, un chabón, hay que decirlo así porque era argentino, que ni bien subió a la terraza gritó efusivamente para que todos oigamos:
_ ¡¡Loco no digan nada de la cara que traigo porque estoy re duro, estoy a pleno por culpa de haber probado la mejor coca de México JA JA JA!! (lo dijo esnifando y con una cara de enfermo sacado que creo no haberle visto a nadie jamás)…
Algunos (yo) reímos, lo cierto es que fue un tanto desubicado el comentario ácido de este hombre de cemento. Resultó ser un conocido de Coco así que nos pusimos a platicar con este personaje altamente tóxico y atolondrado, en eso se puso a contar una historia de drogas, bla bla bla, aunque reconozco que tenía talento para hacer reír, gracias también a su voz desgarrada y de borracho empedernido. De repente me pregunta de qué equipo era, cuando le digo River Plate se larga a reír y a los minutos se puso a contar sus andanzas como integrante de “La 12” (la barrabrava de Boca Juniors para algún desprevenido). A lo que concluyó diciendo que él era uno de los que peor se portaba, por ejemplo dijo que en “Caix” (boliche porteño ya extinguido) él era uno de los que batía el champagne y se los tiraba a la gente, recuerdo muy claro que tuve, ya que una vez estuve ahí y me indigné con la impunidad que esa manga de delincuentes tenía…pensar que este loquillo era uno y después tenerle riéndose como hiena al lado mío fue un sentimiento encontrado bastante fuerte. Sobre las 4:30am ya quedábamos pocos, la dueña de casa volvió a hacernos mirar el video, de igual forma con el de Coco, y después de probar unas botanas increíbles emprendimos la retirada con mi amigo peruano...




PERSPECTIVAS DE APRENDIZAJE

Siempre se aprenden muchas cosas o al menos quedan resabios a respetar ineludiblemente. Por ejemplo aprendí que en los canales de cable del Cablevisión mexicano hay algunas señales que tienen películas memorables, se ven joyas del cine de todos los tiempos, tuve la suerte de ver: “Drácula de Bram Stoker”, “Ed Wood”, “Hechizo del tiempo”, “Tiempo de gitanos”, “Tercipelo Azul”, y muchas más. Además de que todas vienen con subtítulos en letrita amarilla como verlos mejor que nunca. Así que el aprendizaje se basa en que ya no voy preocuparme mucho cuando ya haya apagado la computadora y padezca de insomnio. Bien.


Asimismo comprendí que el aprovechamiento de las situaciones que suelen verse aquí es demoledor. Voy a que cuando uno toma un camión (colectivo) no siempre te van a cobrar lo mismo, si alguno anda en vivaracho te tira siempre un peso más caro o 50 centavos, pero cuando uno sabe exactamente lo que corresponde para ese tramo, deberá decirle al chofer o sino quedará en el olvido y tus monedas en su bolsillo. Pero esto no es todo, porque a veces ocurre que si van pocas personas en el camión, el conductor y su “asistente” (el que grita constantemente avisándole a la gente qué trayectos recorre la chatarra móvil), ellos te obligan a bajarte y te devuelven un “proporcional” de lo que te puede llegar a cobrar el camión que viene detrás desde ese lugar donde te "despachan" hasta tu destino último. Pero como les decía antes, es común que quieran cobrarte lo primero que se les ocurra entonces no siempre coincide lo que te devuelven con lo que finalmente tiene uno que pagar por el viaje. Por lo que el aprendizaje se basa en discutirle a muerte a los del 2do camión, decirles que por favor te cobren 4 (ejemplo) porque es lo único que te queda y es lo que te devolvió el que venía adelante (y que se fue antes de terminar el recorrido a su casita); Ya me funcionó dos veces, no lo hago de tacaño, lo hago para molestarlos, son cosas que me entretienen y que terminan ameritando ser leídas por ustedes. Espero...


Nos vemos en estos días para empezar a describirles la sexta veintena. ¡Abrazo grande!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Quinta Veintena - Capítulo 2

ESPANTANDO LA CLIENTELA 
Para retomar vamos a aclarar que aquí la palabra “naco” es la que corresponde para aquellas personas que nos engañan por amor a la desidia, que se dedican a robar, que violan, que no tienen respeto por la vida ni por nadie. Dícese de los comerciantes de alma negra, como en este caso, que sin miramientos se aprovechan de saber que su cliente no es mexicano y que por eso deberá adaptarse y pagar lo que ellos crean necesario. Resulta que a unos 45 pasos de la puerta de casa tengo una despensa de barrio, la cual suele encontrarse abierta hasta eso de las 1:30am. Dicho local es “atendido” por sus propios dueños, a saber: 2 nacos, uno se hace el inocentón y otro es demostradamente despiadado (estimo que por la noche se turnan para ver quién cierra el sucucho); La cuestión fue que justo voy a comprar cigarros y un paquete de galletitas Ore oh (mi cena), y eran ya las 12:40 (aprox). Siempre supe que el gasto serían 28 pesos mexicanos (19+9), no va que el naco de sangre resuelve lúcido con un: “serían 30 amigo”, a lo que le devuelvo como un rayo:

_ Pero si las Orio están 9 y los cigarros 19, son 28 en total.

_ (se rasca la cabeza)...Pasa que después de las 12 los cigarros aumentan 1 peso…

_ ¿Y esto se cumple igual en todos  lados?

_ Sí (MENTIRA)…30 pesos por favor.

_ (con tono algo más elevado)...Me dijiste que era un peso de más, ¿son uno o dos pesos después de las 12?

_ No, me confundí, en realidad, sí, son 2 pesos más…

_ ¿Seguro?

_ Sí seguro…

_ Ahh bueno entonces (le pagué, tomé mis cosas y me fui sin saludar ja).

Como un acólito de la discusión me propuse a doblegar a mi rival, o al menos intentar generarle un sesgo negativo en su conciencia malandrina. Aunque me di cuenta que por más que uno se esmere en explicarles, si ellos ya decidieron meterte el dedo lo harán de cualquier modo, tienen un chip por demás obstinado...Desde ya que vuelvo sólo en los casos de urgencia a comprarles, como por un rollo de papel higiénico tal como pasó hace unas semanas.

GEOPOLÍTICA MARADONIANA
Continúo la misiva de este segundo capítulo con algo que podría entrar como interacción o curiosidad, título que siempre cierra los terceros capítulos, pero esta cuestión creo que merece tener un párrafo aparte algo más desarrollado.
La realidad marca que como argentinos tenemos un referente deportivo innegable, yo pondría a Ginóbili, que nos sirve como caballito de batalla a la hora de las discusiones futbolísticas, este es, Diego Armando Maradona. El tema es que los mexicanos son muy cerrados y piensan que como todos ellos lo conocen, además del planeta mismo, conocen su figura de "10" y sus logros, por eso aluden que para nosotros los argentinos él debe ser palabra santa y un verdadero ejemplo a seguir, el que nos va a poner a callar a todos mientras ora...Lo cual no, no solo que no, es así (contate otro buey), sabemos bien, ya sea por dicha serie de episodios poco fortuitos: con la cocaína, la televisión, la efedrina, los tiros a la prensa, sus desplantes, sus arrebatos, su falta de léxico para alguna vez ser mediador y no el Diego desafiantemente maleducado y prepotente que casi siempre escuchamos o vemos ("que la sigan chupando" pensará él por dentro, si bien este blog no esté a su alcance, desgraciadamente). Por lo que entonces siempre que algún local se entera mi procedencia, lo más usual y trillado es que vayamos al ejemplo Maradona, y que ellos saquen el tema, claro: "¿Pero no es qué ustedes lo aman?, ¿No es su ídolo máximo acaso?, ¿No es quién los representa mundialmente?"...No pibe, admito que es realmente desgastante dejar en claro estos puntos, pero como para que no se siga regando esta idea errónea uno procede a esclarecer mejor estos malentendidos. Primero diciendo que un deportista no puede ser ejemplo de nada más que en competencias, exceptuando casos de retiros por lesión o enfermedad que luego se revierten y hacen que el deportista pase a ser un ejemplo humano, de lucha, de persistencia, de no rendirse ni bajar los brazos. O también hacemos la salvedad en los casos de atletas solidarios, los cuales hay muchos por suerte. Segundo porque los foráneos son ignorantes pensando en que Maradona pueda ser un ícono en cuanto a forma de pensar del argentino medio,quizás lo sea pero yo no me identifico en lo más mínimo con sus dichos (estando allá, menos lo haré acá digamos); Sí, le comento a mi auditorio ocasional, su historia nos sirve de símbolo de sacrificio, del gran esfuerzo que tuvo que hacer su familia para criarlo (junto con sus hermanos), y que de esa infancia proletaria él haya logrado ser el mejor futbolista de todos los tiempos...y gracias. Con Messi debería ocurrir lo mismo, la diferencia es que el mejor jugador del mundo por suerte no habla tanto, sino sí que quedaríamos más mal parados aún intelectualmente (y por más ternura que nos pueda provocar el "veri díficul" de Charly Tévez). Pero cada vez que un mexicano me ve y se entera que soy argentino, y que posteriormente reluce su supuesta información sobre la cultura nuestra, que "todos o somos como Maradona o queremos parecernos a él, o que seguimos cada uno de sus pasos y es nuestro referente en la vida", cosas así: de verdad me preocupo por los retorcijones made in tumba de Borges, Bioy Casares, Arlt, Andahazi, Cortázar, Gelman, Walsh, Sábato, Puig o Eloy Martínez. Ni qué decir de miles más que dejaron su vida para mejorar la forma de pensarnos como sociedad, pero no....acá me quieren enredar con teorías sobre un jugadorazo de fútbol que sólo hizo eso, ¿tan mal estamos?.


LA NOCHE ES FIEL
Para la conclusión de esta entrada voy a traer a colación a mi amigo alborotado/r Manuel. Una buena noche estábamos entre argentinos, peruanos, chilenos y mexicanos, en un antro festejando el cumpleaños de una amiga y de golpe varios empezaron a irse (3am). A los pocos minutos quedábamos sólo Manuel (Mr. Perú 2010, verdad), Agustina (modelo argentina) y quién les habla (modelo 83). Entonces supimos que a pocas cuadras había otra fiesta en la cúal podríamos decir el nombre de una persona y así al menos nos dejarían pasar como invitados suyos (Germán si mal no recuerdo). Cuestión que fuimos a estirar un poco la modorra, y les aseguro que en unos 240 segundos Manu ya había dado una vueltita rápida y cayó con 2 vasos de vidrio que adentro tenían un excelente whisky y soda apenitas (un manjar); A lo que Agus y yo nos reímos como pensando que teníamos suerte de que nuestro amigo estaba inspirado y se había jugado en conseguirnos un rico trago...
Media hora después Manuel se fue sin dar explicaciones, y quedé con Agus charlando de la vida, y terminándome su whisky porque ya no quería, joya. Cuando nos movemos para apoyarnos sobre otra parte del antro, me intercepta un cabrón, grandote, de unos 36 años y me dice:
_ ¿Quién les convidó de mi botella?
_ (haciéndome el bobo) Perdón, este trago me lo convidó un amigo, no sé de qué me hablás...
_ No, no, me acaban de decir que esos tragos los sirvieron de mi botella, ¿tú vas a pagar por ellos?
_ No para nada, a mí me lo convidaron, no sé de dónde salió...Aparte ¿como sabés que mi amigo que me convidó fue el mismo que se sirvió de tu botella de whisky?...
Si bien yo ya me imaginaba que efectivamente Manu había sido el culpable, y que la acusación no era tan infundada, este tipo pareció haber sido víctima de la buena dirección que le dí a mis palabras y se sintió algo necio reclamándome por el contenido de esos vasos...
_ No lo sé pero bueno, tenía que preguntarte...
_ Ok, no hay problema, pero yo no te robé nada amigo.
_ Está bien, perdón...

Pero eso no sería todo en este antro tan especial, cuando ya el alcohol se había transformado en somnífero, decidimos irnos cada uno para su casa, entonces nos dirigimos hacia la puerta; Bajamos las escaleras como pudimos, y cuando íbamos a irnos del todo, un gigante que me cruza el brazo en el pecho y me dice:
_ ¿Pagaron la cuenta ustedes?
_ ¿Qué cuenta? (le dijimos a coro vivaz)...
_ La de su mesa...
_ Disculpe (dije con mi último respiro) pero nosotros no estábamos en ninguna mesa, somos invitados de Germán...(el tipo me miró como sin creerme).
_ No los puedo dejar salir hasta que no paguen su cuenta...
_ (Ahí Agus también se hizo notar y dijo) ¿Qué cuenta?, no te vamos a pagar ninguna cuenta, ¡porque nosotros no nos sentamos en ninguna mesa!

Antes de que el cadenero (seguridad/patovica) siga con su monólogo descerebrado apareció un RRPP que nos escuchó, creyó, y que seguidamente le dió la orden al músculoso no pensante de que nos dejara salir...


Así es, uno debe estar muy despierto porque acá se complican algunas cosas, sobre todo en la noche...
Los veo en breve con lo último que tengo para contarles de los días 80 a 100.

lunes, 3 de octubre de 2011

Quinta Veintena - Capítulo 1


POR SI FUERA POCO…

…a los hechos que han marcado mis amistades en el Distrito (distinto) Federal (y no también), vamos a añadirle una historia que aconteció en el alunizaje del miércoles anterior. Manuel from Perú venía sólo en la parte trasera del auto (del trabajo) de Santi, yo de acompañante. Como la música de Snow Patrol venía sonando muy fuerte no distinguimos eso que ocurriría. Nuestro único recuerdo era que habíamos pasado a baja velocidad delante de un grupo de travestis trabajando la troleada, alguna risa por sus atuendos exóticos y nada más. Pasó que cuando nos bajamos del auto Manu nos dice: “Brothers no me van a creer pero uno de los putos me lanzó un vaso con café y me mojó toda la remera, también se mojó un poco el asiento del carro, perdona Santi por favor, no sé porque lo hicieron brother”…El dueño del vehículo sólo esbozó una cara de disgusto efímera y todo, supuestamente, quedó en la nada (o en el tapizado). Lo cierto fue que detrás nuestro venía un amigo de Santi en otro auto, este nos siguió todo el recorrido porque no sabía cómo llegar al destino en cuestión. Cuando nos encontramos con él, lo primero que manifestó fue para Manuel: "¿qué les gritaste a los travestis para que te lanzaran ese vaso?", ahí entendimos como había sido que Manu y el auto se mancharon. Para cerrar Manu dijo: “sí hermanos, en realidad le grité puto a uno y me lanzó su vaso de café, perdón, juro que no se volverá a repetir”.


EL GRITO SIN SONIDO
 
Como alguien seguro sabrá el 15 de setiembre es una fecha muy especial para todo México. Se conmemora el grito de la independencia de este país, entonces lo corriente es que haya festejos desmedidos en todas partes, basados en una ingesta desproporcionada de alcohol, con los patriotas esbozando eventuales “viva”, México por ejemplo, y al unísono los pares contestan con un resonante “VIVAAA”, y así con cada pueblo o ciudad que quieran agraciar. De hecho las familias relucen sus dotes en la cocina y preparan pozole, tamales, ceviche, arracheras, cualquiera de sus infinitos platos con tal de pasar una noche inolvidable. Yo justo ese día trabajé así que se me hizo tarde para cocinar algo, por lo que me comí una torta de milanesa, bastante grasienta y condimentada, pero no fue impedimento para salir a ver cómo sería ese presunto festejo sin igual y que a priori tanto prometía, sobre todo en boca de cada mexicano emocionado que me preguntaba que haría para dicha noche (para "dar el grito" como dicen). A fin de cuentas íbamos a ir a una fiesta, que nos terminó quedando muy lejos y desistimos, por otro lado fuimos al depa de Manu, pero al rato nos hizo ir al del primo de un amigo de un amigo, y estos eran todos locales y estaban tomando Capitán Morgan con Cola Loca, no tenían ni hielo, ni onda, ni nada. Apenas una narguile (hookah) con tabaco mentolado que la verdad era lo único rescatable del lugar, fuera de eso mi amigo Coco Rodríguez se puso a cantar un tema suyo, pero los maleducados presentes sólo pararon su oído los primeros segundos de la canción y luego siguieron ignorando la música, es más: subieron el volumen de sus conversaciones que lo único que remarcaban era que no les gustaba la música comercial, como sintiéndose adalides de la cultura a los cuales no les importaba nada nuevo ni ajeno. Estaban dejando de lado la intención de Coco, de ponerle un poco de alegría a ese antro desagradable y hediondo al que habíamos entrado, llevados inefablemente por la emoción de Manuel quien supuso que allí estaríamos mejor que en la tranquilidad de su hogar…Lo cierto es que Coco recibió toda esa mala vibra e igualmente atinó a tocar una segunda canción, la cual apenas se robó otros segundos de atención de parte de los imberbes necios, y desde ya que sólo aplaudíamos nosotros porque ni para falsear servían estos pseudoseres (sic); Ni bien terminó esa pieza surgió de las cenizas el amigo de nuestro amigo, quién insistentemente quería que Coco le prestase su guitarra para cantarnos un tema de Sin Bandera, cansado del petitorio Coco le dio su viola, y cuando el buey este tocó el primer acorde me di cuenta de que algo andaba mal, pasaron 10 segundos de el hit de este grupo (malísimamente “interpretado”) y con Santi dijimos a coro: “Bueno, ¿vamos?”, “Sí dale”. Pero nada de lo que siguió fue lo mejor, los lugares a los que quisimos ir estaban cerrados, nadie nos invitó a otra fiesta decente ni nada. A lo que nos conformamos con unos buenos tacos de cerdo cerca de mi casa. El grito mexicano fue un fiasco sin precedentes, no escuché ni una vez a nadie gritar “Viva México”, y eso que vivo en una zona que es de las más típicas para los festejos, pero no, ni siquiera vi a un borracho caminando por la calle…Cuando estaba llegando a casa vi como acomodaban los tanques de guerra, camiones, soldados, perros, todo verde y autoritario por doquier (menos los perros claro está). Esto era porque al día siguiente también se seguiría recordando la hazaña independentista, hubiera sido divertido ir a ver en acción a toda esta parafernalia intimidatoria, pero no acudí porque ya había sido demasiado con la decepcionante noche del no grito (del grito ahogado), por lo que me encerré en mi fcbk y mi tuiter, en mi lejanía, en las mil formas de mi solitaria existencia que quise para ese día.

TOP SECRET

Quizá algún desprevenido no esté al tanto de que me encuentro trabajando, no importa desde cúando, ni dónde, ni cómo...ya les contaré bien. No saco a la luz estas cuestiones laborales porque no estoy 100% en condiciones de alardear ni nada, más que nada porque el tramiterío legal es engorroso y parsimonioso, y porque no quiero ser monitoreado merced a mi bendito blog. Pero sí quería transmitirles una serie de indignantes sucesos, en referencia a los pasos que uno debe seguir para lograr ponerse el día, para poder trabajar legalmente en México. Para empezar podría contarles que el número telefónico, que no es gratuito, de la Secretaría de Hacienda es atendido por una operadoda automática que deja mucho que desear en materia practicidad y facilidades para con el extranjero. Lo mismo para comunicarse con la Secretaría de Relaciones Exteriores, son muchas las opciones del conmutador, unas 15 digamos, hasta que por fin uno puede oír una voz humana con la cual intentar evacuar sus dudas (aunque nada es seguro). Entonces uno pacientemente debe escuchar cada opción, ir marcando la que crea correspondiente y rezarle a los santos para que sea, porque sino la llamada se corta sola de inmediato, y hay que volver a poner las 3 monedas de un peso y empezar de cero; Eso me pasó en el primer intento, en el segundo fui paso por paso con paciencia budista hasta que..."¡Eureka!" desemboqué en una mujer que me preguntó en qué podía servirme, cuando le expreso mi inquietud, me doy cuenta de que ella no me oía porque sólo decía "Hola" repetidamente, por lo que induje que no funcionaba el fucking altavoz, tres pesos más a la basura y a caminar 2 cuadras hasta dar con otro teléfono público que funcione. En el tercer intento, logro conciliar mi enojo e ir nuevamente siguiendo las instrucciones del conmutador, cuando vuelvo a oír una voz femenina en vivo y en directo esta me dice que espere, que iba a fijarse bien con quién debía yo comunicarme para que respondan mi pregunta...Pasaron 2 minutos y me dice "aguarde en línea por favor que para ese trámite debe comunicarse con el sector de migraciones", "ok" le digo, música funcional de por medio fueron otros 3 minutos más, cuando me atiende otra mujer y vuelvo a vomitar mi necesidad, ella empieza a explicarme como se desarrolla el trámite y de repente me corta; Literalmente, se escuchó como encajó el tubo del teléfono con torpeza, como si un secuestrador la hubiera obligado a cortar la comunicación. Así podrán imaginarse también con la brusquedad que colgué yo el tubo con el que estaba hablando, fue tremendamente descortés (no cortés, Alberto).


En fin...por haber sido operador telefónico entendí que lo ocurrido estaba en las posibilidades. Por diversos motivos dejé de intentar comunicarme con estas secretarías, entre ellos debido a que encontré otra forma mejor para finiquitar estos trámites...ya sabrán cúal...
Nos leemos en unos días en el 2do capítulo.