INTERACCIONES Y CURIOSIDADES
La cerrazón de esta entrega finalmente llegó, más precisamente lo “mejor” que sucedió entre los días 140 y 160. Para entrar en calor tengo que reconocer el interés extraño que se ha generado entre mis coates mexicanos en referencia a este blog y lo que su lectura provoca, uno advierte que sienten una mezcla sabrosa entre admiración por la sutileza para defenestrar, y a la vez algo de vergüenza e incluso hasta reconocimiento de esas defectuosas actitudes que vivo (y que todos viven) por el sólo hecho de estar en este país tan particular. De paso hasta se me ríen en la cara diciéndome que en mis fotos de perfil ven a otra persona diferente de la que ellos se encuentran en el trabajo. Bueno, se como sea soy yo ambos, nadie es perfecto, tengo mi derecho de libre tránsito en lo que a mi imagen respecta (¿?).
Asimismo me ha llamado poderosamente la atención algo que determina socialmente a toda la juventud mexicana, esto es que casi por perfidia o por apuro acá la gente se casa a los 18, 19, 20, o más tardar a los 21; eso sí: como muy tarde a sus 23 primaveras ya esbozan la crianza de un bebé quién al tiempo pagará los platos rotos por la falta de razón de sus progenitores que se unieron sin estar al tanto del significado de "madurez". Todo comienza de algún impulso basado en relacionarse a prueba o error, arriesgando por demás, y de última se divorcian claro, como en cualquier lado del globo; otra consecuencia de esta especie de precocidad es que es muy común que estos padres jóvenes tengan hijos de distintos matrimonios. Digamos que el amor a 1ra vista es casi imposible de negar que influye, la desesperación en su interior no la sabrán disimular, la sed les tira por donde se los mire, también un poco la piel desde ya, apenas perciban cierta química implicará prácticamente un casorio inmediato. Ya hablando con otros amigos/as también pude saber que una vez que se casaron, tuvieron hijos y se divorciaron, nunca más tuvieron ganas de establecerse con otra pareja. El resentimiento se apodera de su corazón, la desconfianza es total e incluye una resignación hacia el signo opuesto que hace que, en caso de buscar algo íntimo, sea solamente por despecho o por una necesidad ya ineludible de recibir algún derivado del amor (por no decir del sexo). Y esta afirmación radica en más de 4 o 5 testimonios, esto es moneda corriente gente créanme.
Por otro lado he aprendido que, sobre todo las mujeres (el 94% estimo), lo que han cooptado de “El chavo del 8” es el ademán de decir “si” con el dedo índice; es lo único que apenas deja ver cierta cultura o identificación de los mexicanos con aquel programa del genial Chespirito, tan festejado en Argentina. Es quizás la forma por excelencia que usan para “afirmar” sobre cualquiera de las cosas que uno duda y por ende pregunta…
Cierro con la vergüenza ajena que me dio conocer a una persona desquiciada. Argentina ella, de 39 años, con un hijo en Buenos Aires. No sólo es cocainómana, sino que nadie más que ella dio el pésimo ejemplo (en medio de una parrillada) dándose con el polvo en tanto el resto como vicio despuntábamos cerveza y ron. Dijo ser amiga de parranda de Maradona muchas noches en Cocodrilo, dijo haber sido la cola del verano en MDQ el milenio pasado, hasta dijo ser ex de uno de los hermanos Husaín. Con un tono tan efusivo como maleducado daba órdenes por doquier, intimidando a casi todos con chistes tan salvajes como innecesarios, a mí por ejemplo me preguntó con sorna: “¿Por qué te hiciste ese corte de mierda?, ¿Qué só milico vo?”, le expliqué que era por trabajo y me dijo que era un gil. A nadie le quedaron dudas de que le parecí aborrecible, seguro por alguna respuesta ácida a alguna de sus primeras preguntas buscando saber algo sobre mí para segundos después escupir alguna frase desubicada; un espécimen al que muy pocas mujeres argentinas podrían hacernos acordar, solamente haría falta desestimar por completo el buen gusto para hablar y especializarse en generar un disgusto ya por el hecho de proferir cualquier palabra (es el modo y todo lo que le sigue); vocabulario de letrina innegable, la verdad que este monstruo me indignó como hacía mucho no sentía, muchos de los presentes me amenazaban con gestos y frasecitas tales como “boludo no la jodas más que te va a cagar a piñas, está re loca”… ¡no me digas che!…En un momento dado me pidió que no le hablara más porque yo le caía “muy mal”, además de que me dijo que no me entendía cuando hablaba y que parecía un nene de 19 años (“hablás igual o peor que mi hijo”); al rato sin querer me olvidé y le pregunté de qué signo era, atinó su cabeza en dirección a su servidor y con la mirada me dijo “no te voy a responder”, a lo que dije: “seguro que sos de Escorpio”, la mirada que puso seguidamente fue con ganas de acribillarme, lejos de darme miedo me dio risa conocer a alguien con este nivel de desequilibrio nunca antes visto. Dijo tener 2 boliches en “El Gran Buenos Aires”, dijo haber sido íntima amiga de “Poli” Armentano y aseveró saber exactamente quién lo mató, aunque le pedí que nos confesara quién había sido y se negó rotundamente como si alguien pudiera haberle creído el delirio de grandeza con el que pretendía embaucarnos. Realmente fue recién cuando se fue al demonio que nos sentimos todos de nuevo como en casa, aliviados, lo que definitivamente provocó a que la incluya en este humilde blog (aunque sin nombrarla obvio, de hecho hasta el nombre que tiene es gracioso), fue 2 semanas después cuando se nos apareció de nuevo y saludó a todos menos a mí, increíble. Una mierda de persona hecha y derecha, sin tolerancia ni cerebro. Dicho por cada uno de los presentes menos el amigo en común que la llevó ambas veces (el cual actualmente ya no la frecuenta). No todo lo malo que encuentro aquí proviene estrictamente de lo mexicano, creo que está muy fácil saber que en nuestro país nació gente que lamentablemente disfruta de cagar encima de la paz ajena…
PERSPECTIVAS DE APRENDIZAJE
Como ya es notorio la policía tiene una nivel de injerencia muy alto en el peregrinar de uno en el D.F., lo cierto es que la mayoría de las historias que les bajo aquí nunca serán sobre hechos policíacos que hablen de conductas honradas de su parte, prácticamente no deben saber de qué se trata lo contrario a las atrocidades que acometen día a día. Una buena noche (días antes de la mudanza) volvía yo de cenar con los amigos de la Colonia Escandón, y como muchas otras veces decidí “atreverme” y regresar caminando las 27,28 cuadras que me separaban de mi “casa” (habitación) de ese entonces. Sobre tres cuartos del tramo, ya entrado en la Colonia Cuauhtemoc veo un resplandor azul, y tras su aparición otro de color rojo; hacía un calor tremendo siendo poco más de las 2am y mi transpiración me decía “presente”, lo que no me imaginaría ni las peores pesadillas era que la policía jugara conmigo. Y eso fue lo que ocurrió, dos oficiales hartos aburridos de merodear en su móvil se dispusieron a seguir mis pasos durante 4 cuadras, lo peor fue que avanzaban a mi paso parsimoniosamente, y que la luz seguía girándome sus encandiladores fulgores, además de que cada unos 2 o 3 minutos hacían sonar su sirena por un segundo ensordecedor solo para molestarme.
Por supuesto que yo en el fondo no tenía casi ninguna preocupación, primero porque no tenían nada de lo que culparme (apenas me quedaban 3 cigarros), empero mi pensamiento exigía una explicación, a cada pasito que daba comprendía cada vez menos porque carajo me seguían. No volteé ni una vez para mirarlos, no sé si me estuvieron mirando todo el tiempo o no, lo que sí reconozco es que por un tétrico momento fui víctima de mi propia paranoia/odio para con los azulados, deseando con mi alma entera para que continuasen su camino y me dejaran de “chingar” con su chascarrillo necio. Hasta que tomé la decisión de cruzar una avenida peligrosamente y así no pudieron permanecer en su misión perseguidora. Corruptos sin remedio. De aprendizaje quedó el cese casi para siempre de mis caminatas nocturnas en horarios anormales, independientemente de la zona, ya que en las zonas que yo me animo a caminar son lugares seguros en los cuáles la policía hace de cuenta de vigila y protege; o sea que es igual de evidente que yo no caminaré jamás por barrios picantes y a su vez que ellos no estarán en dichos lugares, primero porque la gente es más pobre y no puede andar pagándoles a estos “delincuentes” uniformados las inexpugnables coimas de las que viven, y segundo porque no suelen estar en los barrios donde deberían, sino que prefieren merodear las zonas más cómodas de la ciudad y en las cuales su obligación es aparentar que sirven a la comunidad, cuando en realidad son zonas que rara vez alguien sufre un atraco o algo similar.
Bajaré la persiana de esta lectura con otro capítulo en el que me disfrazaré de aprendiz, en este caso la anécdota nace durante el bendito almuerzo en el bufete del centro comercial que tanto para hablar me ha dado. Resultó que mientras comíamos nuestros platillos recalentados, estando yo rodeado íntegramente de mexicanos (7 más precisamente), un señor de unos 55 años revolvió en el bolsillo de su saco y extrajo una pequeña bolsita; de inmediato una compañera le preguntó que traía en la bolsa, “chapulines” expresó orgulloso el tipo y educadamente comenzó a ofrecer su "botana" a cada uno de los integrantes de la mesa…Llegado mi turno ya me había dado cuenta de que aquellos que aceptaron el bocadito estaban ingresando en su cuerpo ni más ni menos que un...¡grillo!, por instinto cobarde conservador mi respuesta fue un “no gracias, otro día, hoy me agarra de sorpresa y la verdad que no estoy preparado psicológicamente”; al principio la mesa se rió pero al minuto ya se habían complotado para hacerme sentir un completo desagradecido, manifestándome que si ellos estuviesen en otro país y les regalaran algo típico para que prueben no serían tan irrespetuosos de no aceptar…Por su parte el señor me dijo: "ahora ya está, era ahora o nunca", entonces ante estas palabras mis compañeros me insisitieron unos minutos hasta que les dije que no en serio y me aboqué a comer rápido porque ya me habían hecho perder el tiempo para masticar.
Los veo en unos días con todas las callosidades que hubo en la novena veintena, un cordial saludo amigos...
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