INTERACCIONES Y CURIOSIDADES
Para sellar lo llamativo de esta etapa voy a recalar en un miércoles por demás especial. Había sido llevado yo por mi amigo “el pampa” Fabricio a una capacitación para vender uno de los mejores whiskys del mundo, por supuesto escocés. Eran las 11am y todos los “asesores” estábamos ansiosos por comenzar a oír la cátedra que nos daría un argentino pelón y especialista en este tipo de bebidas espirituosas secas. Luego de más de una hora escuchando al erudito repasar el proceso de elaboración, destilación y añejamiento de los whiskys, de catar con mucho gusto algunas de estas obras de arte del alcohol, los modistas se abocaron a tomar las medidas para nuestros trajes. Ya para las 13:30hs nos invitaron a pasar al buffet del lujoso hotel donde nos citaron, para degustar un almuerzo de ensueño, ciertamente venía yo con ansías de una buena comida y por suerte en esta ocasión pude redimir a mi estómago. Además del lujo en sí que el hotel ostentaba, sus alimentos no fueron la excepción: en total accedí a devorar 4 platos cargadísimos (onda restorán chino). Entre los manjares había carnes (cerdo, pollo y vaca) todas sazonadas a más no poder con salsitas, algunas más picantes que otras, por otro lado uno podía servirse ensaladas muy variadas, y para que no nos olvidemos en qué país nos encontrábamos había 3 diferentes tipos de frijoles, sumado a jalapeños y demás chiles como para sacudir un poco más la pancita. Junto a estos platillos se dejaban ver otros menjunjes bien típicos y grasientos, de hecho probé algunos como para despejar la duda, si bien ninguno me pareció gran cosa, por esto fue no me molesté en averiguar cuáles eran sus nombres. Una infinidad de panecillos condimentados y crackers caseras hacían asimismo poner en acción a los dientes, quiénes sufrieron de una actividad laboriosa. Bebimos las “aguas frescas” más conocidas: tamarindo, limón, guayaba, mango, fresa y manzana (faltaron un par de las que vendía el chavo del 8). Una serie de postres indescriptiblemente insalubres marcaron el final de la comilona, por cierto no le entré a ninguno porque anteriormente había morfado como para 3 personas. El cigarrillo fue el postre que mejor me pareció encarar, y así concluyó ese miércoles en que el no sólo pude deglutir como nunca lo había hecho desde mi llegada al D.F., sino que además fue el puntapié de lo que sería mi afinidad con esta agencia de promociones que aún me sigue manteniendo económicamente (y por ende gastronómicamente).
Una interacción que estuve manteniendo, de la que no me enorgullezco (más que por haber sobrevivido a la misma), ha sido con las grandes ratas callejeras. Fue algo que pasó a ser común, aunque nunca pude disimular el miedo y la sorpresa con cada uno de los cruces que estos roedores monstruosos me hicieron sentir. Una noche venía llegando a mi casa, sobre las 2am, y cuando estaba doblando la esquina veo a una rata colosal dirigirse en dirección a mí...Desde ya que me quedé petrificado, pero por suerte dobló para otro lado a sólo unos 20cm de dar con mis pies (obviamente hubiese intentado darle una patada en su mugroso hocico). Días después venía por esa misma cuadra, miré hacia mi derecha y vi que en el asfalto había uno de estos ejemplares estampillado/a (uno/a menos). Unos días después (en otra Colonia) me encaminaba hacia lo de Roby, mientras esperaba el semáforo veo que a unos 10mts un super ratón avanzaba salvajemente en busca de algún agujero para recluirse de los humanos. Otra vez me quedé atónito y por adentros pensé: “La p… madre esta ciudad de m…..está infectadísima de estas ratas gigantes”. Y sí, no olvidemos que estoy en un lugar que antaño fue una laguna, los cimientos (casi en su totalidad) fueron construidos sobre barro, lodo o como quiera decirse. Entonces es como el clima y el suelo son propicios para los adefesios en cuestión; Encima hace unos días volvía de trabajar y vi como una ratoncita salía disparada desde adentro de una taquería a la cual siempre va mucha gente, a la cual por suerte yo no fui nunca…
Por otro lado, y menos asqueroso, he descubierto que acá mucha gente compra sus autos (carros) a través de Mercado Libre, de la misma forma en la que funciona en la Argentina. Es más, el querido Coco adquirió su camioneta “Explorer” por esta vía, y ya tiene pensado venderla por la misma. Incluso en México existe un parque automotor tan grande y tan agitado que muchas concesionarias se dedican sólo a vender “seminuevos”, los cuáles en sí no importa tanto de qué año sean, sino más bien qué nivel de rotura y fallas presenten. Entonces vos podes pasar frente a uno de estos comercios y presenciar una amplia gama de marcas de “carros”, las mejores, y advertir que tremendas naves están totalmente averiadas y hay gente que las compra así. Lo mejor es que por 3.000 dólares te uno puede hacerse de un “Ka” o un “Chevy” (el “Corsa” allá), considerando que no me refiero a autos rotos, sino más bien a que ese es el precio de estos carro pero "usado" (no chocados). ¿Baratito verdad?...
PERSPECTIVAS DE APRENDIZAJE
Volviendo a los animales, si bien ahora hablaré de otros más amistosos, les llegó el turno a las bonitas ardillas. No es difícil verlas subidas en cualquier árbol de toda la zona comprendida por los bosques de Chapultepec. El primer contacto visual que tuve con ellas fue mientras esperaba el colectivo para ir al trabajo, yo como siempre somnoliento y quizá a eso se debió que por un instante las vi como violentas; A los pocos segundos una de ellas bajo a la tierra y tras unos pasitos rápidos se frenó, casi paralizada masticaba un trozo de pan que halló. En eso apareció una niñita que se agachó para verla de cerca y hasta la acarició, por lo que aprendí que las ardillas se dejan tocar y que son inofensivas. Una ternura propia de Disney que me topo muy seguido, no hay dudas de que es realmente encantador cada encuentro de este tipo…
A la vez uno se acostumbra y baja las pulsaciones, cuando dormido y en camino a laburar, se da cuenta de que en muchas de las radios FM del Distrito ponen los mismos temas. Lo gracioso es que normalmente los podemos escuchar en el mismo orden y sonando casi siempre a misma hora. Todas esas canciones que tanto rotan por los boliches más populares son de la partida en mis viajes hacia la tienda. No sé si los operadores creen que la gente no se percata, o si efectivamente son los tracks que la gente más quiere escuchar, pero es asombroso porque hacen que parezca que uno vive siempre en el mismo día. También tengo que soportar a Los Tigres del Norte con Paulina Rubio cantando “Golpes en el corazón”, una canción que suena hasta el hartazgo, y de más está decir que no es fácil de tolerar.
Para cerrar debo decir que pude asimilar exitosamente cómo son al volante las mujeres. Siendo uno argentino (y pampeano) es obvio que soy algo imprudente a la hora de cruzar la calle o caminarlas; Lo innegable es que las señoras y señoritas no tienen piedad alguna a la hora de acelerar, mucho menos al momento de frenar para dejar que un peatón pase antes que ellas. Cual instinto asesino te tiran el vehículo sin más, y uno comprueba que son del sexo femenino cada vez que pasan antes que uno, o cada que vez juntan la moral necesaria para no atropellar a quién está cruzando la acera y detenerse. Después te ponen una cara de mala onda fatal y se esmeran en decirte con la mirada que la próxima vez no frenará...
Un peligro más para la golpeada sociedad mexicana, y nadie hace ni dice nada je...
Los espero en breve para continuar rememorando la vida en estos lares sagrados.