Ese lluvioso miércoles a la noche,en el que horas antes la familia del Tano Pasman registró la rabieta del ahora famoso y acérrimo hincha de River Plate,yo me dirigía titilante en busca del bus que me dejaría en Ezeiza. Una vez dentro de este cochecito rumbo a mi destino,inicial,mi cabeza comenzó a latir distinto porque sabía que estaba dejando atrás una extensa e intensa cadena de sensaciones,estas se correspondían a mi pasado inmediato y a mi futuro algo incierto. Imágenes totalmente veloces encaraban las curvas de mi cabeza diciéndome que,si bien no estaba con la claridad suficiente para ver todo desde arriba,era un momento nuevo y revelador en el cual vería desde afuera lo que sentía por dentro (estimo que tanto ensimismamiento fue la razón por la que preferí intentar dormirme y ya).
Eran la 1 y algo del 23 de junio del 2011 y mi avión (no era mío,era el primero de dos) salía a las 6:30.Tanto tiempo me servía para intentar difuminar varios de los sentimientos encontrados,se olía un cierto aire a cobardía, herejía, y otro tanto a esperanza. Miraba a los empleados del aeropuerto movidos por su pleno y archiconocido aburrimiento,pensé en una canción de Pappo que dice: "el hombre suburbano sigue su rutina,sin darse cuenta que su vida terminará". Y todo pasaba rápido como si algo invisible me asistiese con el fin de relajarme y saber que todo iba a estar bien...tanto aquí (allá) como allí (acá).
Una escala en el Perú me importó un idem,sobre todo sabiendo del congraciado destino azteca con el que quiero darle un giro a los menúes comunes que han alimentado mi vida. En dicho afán modificador opté por tener mi primera vez con el valium para evitar sufrir la presión de mis oídos y despertar cuando sea; Efectivamente palmé,previo a un almuerzo invalorable (por su bajo nivel nutritivo y para con mi paladar muy poco exquisito),creí suponer que los chefs odian volar...No distinguí si sueño o realidad pero lo cierto fue que al rato el D.F. me abrió su burbuja grisácea para que el smog y la polución se me presentasen,como si yo fuese el Dios que les cambia la estación. Incluso una densa lluvia me hablaba entre chaparrones y me hacía saber que en México llega el verano y con él las aguas torrenciales. Otra voz me decía que si bien es un país hermoso está construido sobre una blanda superficie que en su momento,podría decirse,era un lago gigante.
Arduo tramiterío me esperó en migraciones,con solvencia de leñador canadiense pude cortar cada tronco de ansiedad que se mecía delante de mi nariz. Concretado el denso acceso legal,sobre las 17hs,salí en busca de un "carro" que me depositara en la bella y high class Colonia "Condesa" (foto),allí mi amiga Juana (argentina, pero mexicana desde diciembre) me recibiría en departamente chiquito y hermoso (no es de ella),su generosidad me hizo sentir hasta que era mío incluso. Harto a recomendaciones sobre el interés del mexicano medio sobre como generar plusvalías me fui de pecho inflado en busca del taxi que me haría sentir realmente en tierra firme,a fin cuentas el taxi me dejo en la puerta,genial,el punto fue que el celular que llevé no andaba y no tenía como llamar a Juana para que saliera de su trabajo,así ya podía relajarme y disponerme a para disfrutar. Entonces dí con mi primer chasco en D.F. al poner monedas en una rendija que,al no darme ni tono ni mis monedas, me hizo dar cuenta de que por ese espacio sólo podían funcionar tarjetas,ok; Caminé con mis dos muy pesadas mochilas con la ilusión de dar con un teléfono público "a monedas" hasta que a unas tres calles lo encontré,hablé con Juana y a los 30 minutos llegó. No pasó mucho tiempo hasta que salimos a pasear por el barrio con dos bicicletas ecológicas,que se pueden sacar en un lugar y ser devueltas en otra parte. A partir de esa tarde,ya sin lluvia,comenzé a verificar la inconmesurable belleza de este lugar. Hasta el viento me agradaba,la vegetación selvática siendo parte de la ciudad,arboledas infinitas y el verdor suficiente como para hacerle frente a la contaminación reinante. Cenamos una tacos que a priori no iban a tener ingredientes picantes pero ese mínimo de condimentación se hizo sentir. Algo obnubilado me recosté en el futón a tratar de cortar con mis ganas de querer conocer todo en un día...ZZZzzzz..
¡A VIVIR SE HA DICHO!
El segundo día fue algo sin parangón,descubrí que aquí existen 13 líneas de metro (subte) y que todas conectan entre sí,me atreví a tomarme dos metros en plena soledad para así llegar al Zócalo. Este lugar me hizo dar infinidad de vueltas,de mil colores. Fueron unas 6 horas en las cuales sucedió de todo,por un lado me sentí más católico aún que cuando me bautizaron gracias a la paz infernal (sic) que me transmitía la bendita Catedral Metropolitana,santuario cuya importancia trasciende lo metafísico ya que dentro posee un péndulo que se dice ubicado allí para equilibrar derrumbes posibles,debido a lo endeble y poco consistente que es el suelo que lo sostiene.
Por su parte el Palacio Nacional también supo mostrárseme colosal,mientras que la Alameda Central y la Peatonal Madero me indujeron a perderme en un viaje de placer visual,cosmopolita y sin igual. Tentado de seguir recorriendo aprecio que en la plaza principal había una serie de carpas,cuando me acerco a una de ellas contemplo el grito de justicia que estos toldos expresaban,ni más ni menos que un total repudio contra las formas y los métodos implementados por el presidente Calderón:
Me senté reflexivo a descansar unos minutos en un banco,a esa altura no me sorprendía más ver merodear a los indígenas y nativos con sus harapos,plumas y marcas indescrifrables en su cuerpo,ya había tomado las fotografías pertinentes por lo que no iba a seguir gatillando a cada uno que se me cruzaba.
Lo cierto fue que sentado en ese banco vi enfrente mío una consecución de casitas que me resultó bien simpática para retratar,el detalle fue que no observé que enfrente mío había 3 personas sentadas,lo cierto fue que una de ellas era una señora mayor que apenas saqué la foto me dijo:
_ ¿Quién le dió permiso a usted para tomarme una fotografía?
_ Pero yo no saqué a usted señora,no se preocupe...
_ No me importa,hace poco hubo uno que hizo lo mismo que usted y le cortaron la cabeza. Yo le digo nomás para que lo sepa,no se hace eso que usted hizo.Si quiere una foto tiene que pedir permiso y luego retribuirle con algo a la persona. Le van a cortar la cabeza ¿me escuchó?
Miré absorto y sonriente a la vez hacia mi costado derecho y vi a un joven que se reía de la situación y me puso una cara como diciendo "no le hagás caso a este vieja loca"...le devolví la risa y proseguí:
_ Mire señora si quiere le muestro la foto para que me crea que no la fotografié...aparte ¿para qué voy a querer una fotografía suya?¿que tiene usted de especial para que yo le tome una foto?
_ No sé no sé,para venderla,muchos hacen eso,quedará para su conciencia,ahora ya sabe,la próxima vez tenga cuidado porque lo van a colgar en el medio de la plaza...
_ (Con tono alto) Está bien señora piense lo que quiera,está en su derecho,¡¡yo le digo que está equivocada nada más!!
La realidad fue que la anciana estaba en el cuadro inferior derecho de la foto (como podrán observar),pero bueno...fue sin querer.Aprendí que hay que pedir permiso antes de apretar el botoncito. Horas más tarde conocí el Museo de Bellas Artes (que es el que representa con su imagen este blog). Llegué exhausto,prendí la computadora,saludé a mis seres queridos y al rato me dormí rápidamente (sin cenar nada).
CAÍDA LIBRE A LO INESPERADO
El tercer día era el de mayor lluvia desde mi arribo al D.F. por lo que sólo quise ir a visitar a otra amiga argentina que vive acá hace 2 meses,recluirme,y evitar así mojarme de más. Llegué a un departamento bonito pero en el que se hacía complicada la visión y la respiración,debido a una cortina de humo fuerte generada por las necesidades varias de los pulmones de quiénes allí habitaban.Vimos un par de películas ultra pochocleras y regresé tarde a casa,preparé mi alma para el rezo con el que iba a implorarle a Dios que River no perdiera la categoría en el domingo venidero. De igual forma ese 4to día River se fue a la B Nacional (desazón patrocinada por una conexión irregular a Internet y chips bizarros pasados de limón).Este hecho marcó todo lo que restó del día,merced a que vino a verme Roby (otro amigo argentino) que para colmo de males es hincha de Boca,y que no ocultó su alegría ante el tan inesperado aunque lógico desenlace,que marcó la mayor tragedia deportiva en la historia del club de mis amores.
De aquí en más los días se me fueron mezclando,nostalgia deportiva mediante,por actividades tales como explorar las zonas que me faltaban de conocer de Colonia Condesa (todavía no terminé por supuesto),ir tanteando la situación de mis contactos para conseguir un trabajo en algún medio de comunicación mexicano,sumado a conocer gente foránea y deglutir comidas típicas,por no decir picantes. Una noche (la sexta creo) estábamos en lo de mi amigo bostero,la novedad entre los presentes estaba constituída por una vela cuadrada que en su interior tenía la capacidad de ir cambiando los colores que reflejaba. Dicho sea de paso,iba alguien y la soplaba entonces la vela cambiaba su color,y todos parecían muy contentos cada vez que adivinaban el color que saldría después de su soplido. Hasta que pretendí obtener un color azul en mi soplar, pedí la vela imperativamente y en el preciso instante en que me la entregan exhalé una violenta corriente de aire pulmonar que hizo que todo el contenido de la vela (una cera muy líquida y caliente) inundase mi cara y mi ropa de una forma ingenua por no decir estúpida.Seguidamente el clima se tiñó de lamentaciones,mi ojo derecho no se abría (párpados pegados a más no poder),y todos ensayaban posibles enmiendas a mi cara plagada de aureolas.Apareció un chica con un té frío y de a poco fuimos sacando cada vestigio indeseado...quedó en anécdota por fortuna mía.
La noche del día 9 la recuerdo porque fue mi primer salida nocturna, el lugar escogido fue "Pata Negra", cálido por cierto,con variedad extranjeros,entrada gratuita pero las bebidas bastante sobrevaluadas. Allí me decidí por probar el trago más extraño que alguna vez haya tomado: el mezcal,conocido también como "el hijo pobre del tequila",era color verde oscuro,tenía Jamaica y menta anisada,sabor indescriptible,quizá era un poco de gusto a combustible y otro poco a remedio vencido. Dicha noche había con nosotros otros dos mexicanos que se jactaban de tener la super onda y prometíeron llevarme a conocer la magia natural de Tehotihuacán al domingo siguiente, nunca más me llamaron…"¡Bienvenido a México Gonzalo!" me dijo mi amigo Lalo días despúes (un mexicano zen que sabe mucho),haciéndome saber que es una moda bien local mostrarse buena onda y después borrarse literalmente o desdecirse,aduciendo que fue uno quién se envalentonó de más y sin justificación suficiente;Venden humo digamos,más que en la Argentina parece ser,aunque con mi experiencia ya podría afirmar que somos pocos los que aún manejamos códigos que exceden lo humano,dándole la derecha a la intuición positiva hacia la vida y los demás.
El día 11 nos juntamos a ver a la selección Argentina dar lástima contra Bolivia,algún "Oporto" y "Buchanans" amenizaba el desagrado futbolístico. Al finalizar el bodrio nos fuimos a comer a un carrito callejero,por hacerme el hombre le pedí al "taquero" que le ponga de "eso rojo": "¿cuántos?" me apuró..."y no sé...¿pican?","no","entonces ponle 3,perdón como se llaman?","japalapeños preparados"...a pocos segundos de haber tragado el último bocado sentí una turbulencia de calor en mi cabeza,era como un cosquilleo ardiente que a cada segundo incrementaba la tenacidad de la quemazón,no sabía como detener el fuego hasta que me alcanzaron un sorbo de una gaseosa rosa y un cigarrillo que me ayudó a descomprimir esa molestia fogosa.
TODO POR ESTAR ACÁ
La normalidad se le va haciendo carne a uno entre lo vivido al seguir saliendo a encontrarse con las calles del D.F.,pero las lluvias interrumpen cualquier intención siempre antes de las 16pm. Por suerte siempre uno llega a conocer a otras personas,para los momentos de desolación que una vez al día (mínimo) se me autoimponen,ellos entienden y ya han pasado mis mismos miedos,por ello nos dicen las palabras indicados para que gane en ánimo,un aliento necesario para no consternarme cuando el laburo no aparece o cuando extraño a quiénes amo (mejor o peor). Idas y vueltas permitieron que mis pupilas se sientan en su súmmum, ya sea por las impresionantes construcciones modernas o por las envejecidas.
Ya al otro viernes (día 15) me encontré con una amiga de una amigo que también me ofreció una ayuda, de paso conocí el "Don Quintín" (plagado de argentinos) en el que por el bien de mi salud económica había 50% de descuento mientras duraba el partido de México-Perú por la Copa América (perdieron los mexicanos 1 a 0,y que apenas finalizado vino el mesero con cara de enojado a avisarme que debía pagar la cuenta en ese preciso instante así nos aplicaba la promoción,ufff...gracias maestro). Esa misma noche salimos con un amigo argento llamado Santi,presentado por Juana, y se le ocurrió que vayamos al cumpleaños de 24 de un tal "Ken" (vieran ustedes a ese falso Ken jaja,Ken nada se parecía les digo); La zona escogida era Interlomas, algo fuera de lo común,otro ápice visual invaluable. Es una zona no digamos residencial porque de un lado hay edificios monstruosos y del otro se ven casitas amarrucadas y a punto de caer,ya que todo está construido sobre sierras,de hecho "entre las lomas" puede observarse gran parte del D.F. (algo más que recomendable para quienes nos impresionamos fácil). Y el festejo era algo alocado entre Ken & friends,no estaba Barbie pero sí un par de personajes vaya a saber uno de qué status (?). A uno se le cayó el trago,a otro la botella,a otro el cigarrillo,a otro se le tiraron encima,mucho ruido y pocas nueces. Al rato la decisión del cumpleañero fue ir a "Sens",antro (boliche) de clase alta con entrada carísima y ubicado dentro de un centro comercial gigantesco. Hicimos la cola y cuando nos hacen pasar había que subir a un ascensor para entrar al antro,el elevador tenía un ascensorista y entraban unas 10 personas,con barrotes de oro macizo y detalles de cristal,todo reluciente y lujoso al máximo. Una vez dentro la música era eletrónica de cotillón,todos descontrolados,alfombra en los pisos y un ambiente de "levante" bien establecido,faltaban los jugadores del seleccionado mexicano,porque chicas ambiciosas había a mansalva;Los mozos trabajaban con extrema atención y cordialidad,peleándose para encender cada cigarro que uno atinase a ponerse en la boca. También había otro queriendo que le pague por un ticket de 1200 pesos mexicanos que para nada consumí,a lo le dije "tomátela,no tomé nada de esos 1200 yo" y me dijo sin dudar: "disculpe señor por favor" y se fue a toda máquina a seguir buscando a los de la mesa de morosos. Una noche especial que terminó en "AM",otro antro divertido y menos fresa (menos "careta" o "paquete" que el otro) en el cual cerré mi jornada sobre las 7am (valga la redundancia).
TODO POR ESTAR ACÁ
La normalidad se le va haciendo carne a uno entre lo vivido al seguir saliendo a encontrarse con las calles del D.F.,pero las lluvias interrumpen cualquier intención siempre antes de las 16pm. Por suerte siempre uno llega a conocer a otras personas,para los momentos de desolación que una vez al día (mínimo) se me autoimponen,ellos entienden y ya han pasado mis mismos miedos,por ello nos dicen las palabras indicados para que gane en ánimo,un aliento necesario para no consternarme cuando el laburo no aparece o cuando extraño a quiénes amo (mejor o peor). Idas y vueltas permitieron que mis pupilas se sientan en su súmmum, ya sea por las impresionantes construcciones modernas o por las envejecidas.
Ya al otro viernes (día 15) me encontré con una amiga de una amigo que también me ofreció una ayuda, de paso conocí el "Don Quintín" (plagado de argentinos) en el que por el bien de mi salud económica había 50% de descuento mientras duraba el partido de México-Perú por la Copa América (perdieron los mexicanos 1 a 0,y que apenas finalizado vino el mesero con cara de enojado a avisarme que debía pagar la cuenta en ese preciso instante así nos aplicaba la promoción,ufff...gracias maestro). Esa misma noche salimos con un amigo argento llamado Santi,presentado por Juana, y se le ocurrió que vayamos al cumpleaños de 24 de un tal "Ken" (vieran ustedes a ese falso Ken jaja,Ken nada se parecía les digo); La zona escogida era Interlomas, algo fuera de lo común,otro ápice visual invaluable. Es una zona no digamos residencial porque de un lado hay edificios monstruosos y del otro se ven casitas amarrucadas y a punto de caer,ya que todo está construido sobre sierras,de hecho "entre las lomas" puede observarse gran parte del D.F. (algo más que recomendable para quienes nos impresionamos fácil). Y el festejo era algo alocado entre Ken & friends,no estaba Barbie pero sí un par de personajes vaya a saber uno de qué status (?). A uno se le cayó el trago,a otro la botella,a otro el cigarrillo,a otro se le tiraron encima,mucho ruido y pocas nueces. Al rato la decisión del cumpleañero fue ir a "Sens",antro (boliche) de clase alta con entrada carísima y ubicado dentro de un centro comercial gigantesco. Hicimos la cola y cuando nos hacen pasar había que subir a un ascensor para entrar al antro,el elevador tenía un ascensorista y entraban unas 10 personas,con barrotes de oro macizo y detalles de cristal,todo reluciente y lujoso al máximo. Una vez dentro la música era eletrónica de cotillón,todos descontrolados,alfombra en los pisos y un ambiente de "levante" bien establecido,faltaban los jugadores del seleccionado mexicano,porque chicas ambiciosas había a mansalva;Los mozos trabajaban con extrema atención y cordialidad,peleándose para encender cada cigarro que uno atinase a ponerse en la boca. También había otro queriendo que le pague por un ticket de 1200 pesos mexicanos que para nada consumí,a lo le dije "tomátela,no tomé nada de esos 1200 yo" y me dijo sin dudar: "disculpe señor por favor" y se fue a toda máquina a seguir buscando a los de la mesa de morosos. Una noche especial que terminó en "AM",otro antro divertido y menos fresa (menos "careta" o "paquete" que el otro) en el cual cerré mi jornada sobre las 7am (valga la redundancia).
El día 17 fue el de coronación de México como campeón del mundo sub 17 (¿para cuando los mayores?),con un contundente 2-0 ante Uruguay. La intención era ir al Estadio Azteca y de paso ver ese partido pero las entradas se agotaron varios días antes de la final,en tanto que las reventas son de un valor superlativo según me comentaron,por lo que desistí de esa idea. Mientras todos festejaban,las calles eran una bocina continua,la algarabía se percibía insospechada,mirábamos por la ventana de lo de Fabri y Guada todo el bullicio de un país explotado de alegría.En frente a su departamento está el "Hotel Patriotismo",por culpa de una pareja descuidada pudimos ser testigos de un sexo salvaje de 30 mins,en el que no nos faltó ver casi ninguna posición de las conocidas,y gozar a su par si bien mucho menos,no obstante permitió que los ratones nos dieran una lección basada en mirar menos lo ajeno y acometer más por nuestra cuenta.Hablando de ratas me cruzé con una cuando volvía a mi hogar,lo desagradable fue que salió de abajo de una cortina de chapa donde venden comida, tortas, quesadillas, sincronizados, tacos, etc.
TENGO TIEMPO PARA MÁS
El día 18 llovió con ganas,cuando paró un poco bajé a la vereda a tomar un poco de rocío fresco,sentando nomás allí tranquilo advierto a un perro mirándome a poquitos metros,el can estaba secundado por dos señoras que degustaban una cerveza. Me quedo mirándolo fijamente y noto que comienza a gruñirme, cada vez más enfáticamente,hasta que se levanta y empieza a acercárseme al compás de un ladrido rencoroso y amenzante,lo más cómico era que este perro tenía una de sus patas delanteras cubierta con una cinta adhesiva de esas marrones y cojeaba hacia mí intentando intimidarme...cuando queda a menos de un metro de querer morderme (o ser pateado por un pie que calza 47) llegó su dueña para alzarlo y decirme:
_ ¿Vas a fumar un cigarrillo?
_ No,¿por?
_ Porque a él le molesta cuando fuman,se enoja,se pone mal...
_ Ah..mire usted...
Para evitar más problemas la señora puso a su perro sobre una silla,yo seguí mirando incrédulo al caniche amorfo en cuestión,de bronca encendí un cigarro y seguí observando. Hasta que la otra señora se levantó y quedaron el perro y su dueña,ella lo alzó y le empezó a hablar, susurrar diría: "ay pobrecito mi hijo,se enoja cuando lo molestan,mi amor ya está no pasó nada" mientras le daba besos en el "cogote",en el hocico,lo abrazaba y lo estampada contra su pecho,repitiendo esta escena durante el lapso que duró mi cigarrillo.Extraño...ya tendré más historias para compartir,por ahora pasó esto (es lo que recuerdo). Hoy se cumplen "20 días" desde que pisé estas tierras sagradas,en otros 20 resumiré la odisea con mucho gusto; Gracias por viajar conmigo :)